Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1982. Vol. (4-5).
La Junta de Gobierno
La carta para los años 80 es una declaración sobre las prioridades de acción para la década comprendida entre los años 1980-1990. Ha sido concebida para promocionar la "plena participación" e "igualdad" de las personas discapacitadas, en cualquier lugar del mundo. La Carta fue desarrollada en base a extensas consultas internacionales referidas a los campos de la prevención de la discapacidad y de la rehabilitación. El proceso culminó con una mesa redonda sobre la revisión del texto de la Carta, en el 14.º Congreso Mundial de Rehabilitación Internacional en Winnipeg, Canadá, el 26 de junio de 1980. Fue aprobada por la Asamblea de Rehabilitación Internacional y se presenta al mundo como eminente contribución al año Internacional de las Personas Discapacitadas, organizado por las Naciones Unidas. Dada su extensión, presentamos un escueto resumen. Quienes deseen consultarla en su totalidad pueden dirigirse al Gabinete de Documentación del Colegio (Ricardo Lucas).
Actualmente hay en el mundo más de quinientos millones de discapacitados. Por término medio, una persona de cada diez es discapacitada por causa de una deficiencia física, psíquica o sensorial. Aunque sean titulares de los mismos derechos fundamentales, -de aprender y formarse, de trabajar y crear, de amar y ser amados-, que el resto de la población, estos ciudadanos discapacitados siguen viviendo en países que ignoran la forma de hacer efectivos esos derechos y con demasiada frecuencia se les niegan las posibilidades y las responsabilidades que, sin embargo, les corresponden.
Se estima que la existencia de la discapacidad imposibilita a un 25% de los miembros de la sociedad para la plena realización de sus aptitudes, teniendo en cuenta no sólo a los discapacitados sino también a sus familiares y a todos aquellos que les asisten. La colectividad que no logre resolver eficazmente estos problemas asume no sólo una enorme pérdida de recursos humanos sino también un tremendo sacrificio de humanas posibilidades.
A lo largo de su historia, la humanidad ha venido levantando barreras físicas y sociales obstaculizadoras de la participación en las distintas sociedades, de quienes eran juzgados diferentes por alteraciones corporales o psíquicas. Los edificios y transportes resultan casi inaccesibles para muchos discapacitados; la información y la belleza son inasequibles a los que padecen trastornos en la vista, el oído o la razón; la cálida relación humana no se manifiesta cuando la capacidad física o psíquica del niño o del adulto se desvía de la de la mayoría; la formación, el trabajo productiva, los servicios públicos, las diversiones y muchos otras actividades humanas se les niegan, o se les ofrecen en forma discriminatoria, a muchas personas. A los discapacitados más graves, los que ni siquiera son capaces de actuar con autonomía, se les suele reservar el abandono total o un insuficiente esfuerzo en la atención de su desarrollo personal y en la mejora de sus condiciones de vida.
Hoy existen adelantos y medios bastantes para que los distintos países derriben las barreras que impiden a los discapacitados vivir con su sociedad. Todas las naciones tienen posibilidades de abrir todas sus instituciones y sus servicios a todos sus ciudadanos. Lo que suele faltar es la voluntad política de afirmar y aplicar las normas necesarias para conseguirlo. La nación que no responda a este desafío desperdicia con ello sus auténticos valores.
La pobreza y la guerra no sólo generan discapacidad sino que afectan también a los recursos disponibles para la prevención y la rehabilitación. Por ello, los objetivos de esta Carta requieren una distribución más equitativa de los recursos mundiales y que las relaciones internacionales se fundamenten en el diálogo y la colaboración.
En la década que comienza, todas las naciones deberían fijarse la meta de reducir la incidencia de la discapacidad, convertirse en sociedades respetuosas para con los derechos de las personas discapacitadas y fomentar su plena participación. Con estos fines se promulga la Carta para los 80, cuyos objetivos, son los siguientes:
Se recomienda encarecidamente a los distintos países la preparación de planes nacionales para la consecución de estos objetivos, teniendo en cuenta sus particulares circunstancias y las directrices de la Carta. Los planes deben implicar a los sectores más importantes de la vida nacional y constituir un factor de especial prioridad en las previsiones de desarrollo nacional así como procurar la participación intensa de los discapacitados en esos mismos planes.
Conceptos fundamentales
El texto de la Carta emplea los términos "deficiencia" (impairment), "discapacidad" (disability), y "minusvalía" (handicap), como son definidos en la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidad y Minusvalías (Internacional Classification of Impairments, Disabilities and Handicaps) de la Organización Mundial de la Salud, a saber:
Las causas de la deficiencia son iguales en cualquier parte del mundo, con diferente prevalencia, pero las consecuencias en lo que se refiere a la discapacidad y a la minusvalía varían fundamentalmente según las circunstancias socioeconómicas de cada área y las medidas que adopta cada sociedad para todos sus miembros.
Cada nación puede tomar las medidas que crea oportuno para prevenir la deficiencia, para reducir las discapacidad, y para prevenir la transformación de la discapacidad en minusvalía. Lograr estos objetivos relacionados entre sí, requiere la activación de medidas de prevención, de sistemas de rehabilitación, de apoyo y asistencia, y cambios en las relaciones entre la sociedad y sus miembros deficientes o discapacitados.
La provisión de unos adecuados servicios de rehabilitación, revierten en importantes beneficios socioeconómicos para el conjunto de la sociedad. En combinación con las medidas para controlar las causas de la deficiencia y reducir las consecuencias sociales de la discapacidad, la rehabilitación facilita un medio para reducir al mínimo los costos de la discapacidad. Los beneficios económicos del suministro de servicios de rehabilitación se han demostrado con el ahorro de costes de sanidad y otros servicios sociales, con la reducción de los costes de la asistencia pública, y en los beneficios obtenidos por la sociedad en forma de artículos y servicios aportados por los trabajadores discapacitados.
Objetivos
Metas a alcanzar en los años 80
Basándose en los principios fundamentales enunciados en esta Carta, y reconociendo que la capacidad de las naciones para actuar con respecto a la prevención y rehabilitación de la discapacidad variará según el orden de prioridades nacionales y la disponibilidad de los recursos necesarios, Rehabilitación Internacional expone las siguientes metas a perseguir durante la década de los 80 para que sirvan de guía y estímulo a todas las naciones.
Reforzar todas las medidas para favorecer la integración.
Establecer un sistema en el seno de cada comunidad para detectar a tiempo tanto a los niños como a los adultos con discapacidades.
Suministrar los servicios de rehabilitación, teniendo en cuenta la situación económica, social y el contexto cultural de la persona discapacitada y su familia.
Asegurar la participación de las personas discapacitadas y sus familias en la toma de decisiones sobre su vida y la asistencia de rehabilitación que reciban.
Mejorar e incrementar la difusión de información a las personas con alguna discapacidad y sus familias.
Facilitar servicios de rehabilitación a todas las personas que tengan necesidad de ellos.
Aumentar la capacidad del personal que trabaja a nivel de la comunidad. Adoptar medidas por parte de los sindicatos obreros y de las patronales para facilitar empleo a los miembros de la comunidad que padecen alguna discapacidad.
Adoptar medidas por parte de los sindicatos obreros y de las patronales para evitar accidentes de trabajo y reducir las lesiones de los trabajadores.
Incrementar los programas de inmunización contra las seis principales enfermedades infecciosas, esto es: poliomelitis, difteria, tuberculosis, tosferina, tétano y sarampión.
Incluir medidas para la prevención de la discapacidad en todos los programas nacionales de educación sanitaria y de control del medio ambiente.
Enriquecer los programas formativos para todas las categorías de trabajadores profesionales ocupados en los aspectos de la prevención de la discapacidad y en el proceso de rehabilitación.
Incluir en todos los planes nacionales de educación programas adaptados para satisfacer las necesidades de niños y adultos que padecen cualquier tipo de discapacidad.
Revisar todas las políticas educacionales existentes para eliminar cualquier medida que pueda discriminar a niños y adultos que padecen algún tipo de discapacidad.
Asegurar que se incremente la disponibilidad de ayudas técnicas y aparatos para conseguir una vida independiente.
Adoptar en cada país el Protocolo en el que se establece la importación libre de impuestos de los artículos necesarios a las personas discapacitadas.
Desarrollar métodos más sencillos y menos costosos para la prestación de servicios de rehabilitación.
Analizar los actuales sistemas de seguridad asocial y seguro social para determinar que no exista exclusión discriminación.
Examinar las condiciones de empleo existentes para determinar que las personas que padecen alguna discapacidad, y que desempeñan un trabajo igual al de los demás trabajadores no sean discriminados.
Adoptar medidas para asegurar la colocación de personas con alguna discapacidad.
Educar al público sobre las causas y efectos de la discapacidad y su prevención, el potencial de las personas que padecen alguna discapacidad para su rehabilitación y los servicios disponibles para ese fin en la nación.
Abrir todos los sistemas de la sociedad para la participación y contribución de las personas con alguna discapacidad.
Crear una fuente de información central sobre el diseño sin barreras para personas con cualquier tipo de discapacidad.
Rectificar las normas nacionales de proyecto y construcción para tener en cuenta los elementos y requisitos de los proyectos sin barreras.
Promover el uso del Símbolo Internacional de Acceso para identificar edificios e instalaciones sin barreras arquitectónicas.
Estimular el desarrollo de organizaciones de las personas con discapacidades.
Examinar la legislación para eliminar toda disposición que pueda discriminar.
Incluir en la legislación vigente disposiciones para coordinar los servicios para la prevención y la rehabilitación de la discapacidad, para prohibir las barreras arquitectónicas en todas las nuevas construcciones, hacer accesibles todos los servicios comunitarios a las personas que sufren alguna discapacidad y asegurar su participación en decisiones que afecten a su vida.
Incluir medidas para la prevención de la discapacidad y servicios de rehabilitación en todos los planes para el desarrollo social y económico.
Establecer una oficina o nombrar a una persona directamente responsable ante el Jefe de Estado o el Gobierno del desarrollo e instrumentación de un plan global para la prevención de la discapacidad y su rehabilitación.
Establecer un sistema para la regulación de los progresos durante la década en la realización de los objetivos y las metas de acción expuestas en la Carta.
Incrementar los esfuerzos por extender la asistencia sanitaria primaria a todas las comunidades.
Promover programas más extensos de inmunización contra las seis principales enfermedades infecciosas y dedicar una especial atención para erradicar la poliomelitis para 1990.
Reforzar las normas y programas internacionales para la prevención de accidentes en el hogar, en el trabajo y en las carreteras.
Estimular un programa masivo de información pública concerniente a las causas fundamentales de la discapacidad, sus efectos sobe las personas, su prevención, las posibilidades de rehabilitación y la importancia de los factores sociales para prevenir las minusvalías.
Reforzar la cooperación internacional en el intercambio de información, experiencia e innovación técnica en los campos de la prevención y la rehabilitación de la discapacidad.
Aumentar la cooperación internacional en lo que se refiere a la preparación de personal comprometido en actividades de rehabilitación.
Fomentar el mercado internacional y cooperativo de ayudas y aparatos técnicos para incrementar su disponibilidad a precios más reducidos.
Expandir las actividades de las agencias del sistema de las Naciones Unidas en lo referente a la prevención y rehabilitación de la discapacidad, especialmente a nivel regional.
Crear las condiciones para la realización de los objetivos de esta Carta, a través de una distribución más equitativa de los recursos mundiales basada en el establecimiento de un nuevo orden económico internacional.
Asegurar la difusión más amplio posible de la Cara de los 80 y conseguir que se preste atención a su mensaje a todos los niveles en cada país, desde los más elevados líderes de Gobierno hasta los individuos más directamente afectados de cada comunidad.