Papeles del Psicólogo, 1984. Vol. (18).

PILAR CRISTOBAL FERNANDEZ

El Ministerio de Sanidad y Consumo publicó, en el mes de julio, en la prensa diaria, unos anuncios para proveer de especialistas los nuevos Centros de Orientación Familiar, y dotar más adecuadamente los ya existentes.

El equipo de cada centro parece que estará compuesta por un Tacoginecólogo, un Psicólogo o Psiquiatra con formación en sexología, un A.T.S. o Diplomado en Enfermería y un Asistente Social.

El equipo de especialistas requerido para provincias corno Alava, Badajoz, Ciudad Real o Cuenca es a todas luces insuficiente para desarrollar una labor medianamente preventiva y divulgativa, por lo que esta va a quedar circunscrita, como en muchos otros casas, a la meramente asistencial o paliativo.

Cito una noticia aparecida en El País (16-julio-84).

En todos los puntos se habla de "asesoramiento", es decir, se está tratando con las personas que acuden espontáneamente a los Centros, no se contempla en absoluto el problema de la población de más alto riesgo como son los adolescentes y jóvenes, que, o no conocen los CPF, o no se atreven a acudir porque el nombre "Planificación Familiar" los desconcierta. Precisarían de una Educación e Información sexual en sus lugares de estudio, y que yo entreveo como imprescindible a nivel de 8º de E.G.B., ya que muchos adolescentes, sobre todo los de menor nivel económico, se desconectan de los centros docentes y es preciso que por lo menos ,conozcan la existencia de estos centros.

El Centro de Orientación Familiar debería tener dos aspectos: una asistencial y otro preventivo que se abriera a la realidad de la comarca en la que está situado y que sirviera en unos casos de educador, en otros de divulgador y en otros, por último, de asesor y dispensador. Pero, evidentemente, para una tarea de ésta magnitud, la plantilla que se propone es escasa.

Otra reflexión que me hago es la de la cualificación de los especialistas. Se piden psicólogos o psiquiatras con formación en sexología. Resulta una ironía exigir una especialidad que como tal no existe ni, en las facultades de psicología ni, en las de medicina. Salvo honrosas excepciones de algunas facultades de psicología que han incluido la sexología como una asignatura de 5º Curso, la especialización ha de realizarse con carácter privado y son las entidades privadas y sociales las que están pro- moviendo este tipo de estudios, y preocupándose porque las instituciones oficiales las incluyan en sus planes de enseñanza. Corno por ejemplos la Sociedad Sexológica de Madrid, (que elevó un escrito al Sr. Ministro de Educación)y la Sociedad Catalana de Sexología (que lo hizo con el Ministro de Sanidad) están de acuerdo en que es imprescindible incluir la sexología a nivel de Educadores, Terapeutas, Orientadores, etc., en todos los curriculum de maestros, pedagogos, psicólogos y psiquiatras, cada uno a su nivel, y que en los C.P.F. estos expertos han de atender con preferencia a las labores divulgativas y de orientación, para calar de verdad en la población y que esa sangría tan dolorosa que suponen los 22.000 abortos de españolas solamente en Londres acabara de una vez por todas.