Papeles del Psicólogo, 1982. Vol. (4-5).

Serafín Carballo Begoña Olabarría Valentín Corces Serafín Carballo, Begoña Olabarría, Valentín Corces, Carmen Rojero

Toda demanda en Planificación Familiar se sitúa en un contexto. Entendemos por contexto el conjunto de relaciones establecidas en diferentes niveles y articulaciones entre sí, en donde la pareja que demanda la Planificación Familiar se sitúa: relación con el propio cuerpo, con la familia, amigos, trabajo, vecinos y otras instituciones del medio social. Por tanto es desde dicho contexto, desde donde se ha de entender la demanda que nos llega.

Nuestra intervención debe pues orientarse a investigar la relación existente entre la demanda realizada por una persona o una pareja y su contexto.

Los instrumentos técnicos para contextualizar la demanda serán: ficha, la historia clínica, la entrevista, el grupo y la coordinación de todos ellos.

¿Por qué y para qué una persona acude al Centro?

El por qué nos define lo que la persona o pareja quieren obtener de manera puntual: anticonceptivos, tener hijos, esterilizarse, abortar, etc.

El para qué nos señala el contexto en el que la petición se produce, considerando además, que los trabajadores de Planificación Familiar forman parte del mismo. En este sentido, la demanda concreta, por ejemplo de anticonceptivos, debe encuadrarse en la relación con uno mismo, con el propio cuerpo, con la pareja, con los hijos: es decir, la petición concreta cobrará una nueva significación, más allá de los expresado, y estará también en relación con las actitudes del equipo de Planificación Familiar. En esta línea el equipo deberá plantearse periódicamente sus posiciones sobre la planificación familiar.

Teniendo en consideración lo dicho, será a través del lenguaje y de la comunicación no verbal, que manifestará la existencia de problemas individuales (miedos, culpas, etc.) o relacionales (conflictos pareja, disfunciones sexuales, conflictos transgeneracionales, etc.) que deberán ser abordados por el Equipo.

Solamente en aquellas situaciones en que no hay desaparecido esta problemática descrita, a lo largo del proceso de Planificación Familiar, será necesario la derivación al Equipo de Salud Mental.

Cuando el usuario presente en la actualidad o haya presentado anteriormente determinadas disfunciones, deberán ser derivados, para evaluación, al Equipo de Salud Mental.

Las disfunciones más importantes a considerar serían: Psicosis puerperal; depresiones graves; esquizofrenia; conflicto conyugal o separación; conflicto familiar grave y síndromes o síntomas ginecológicos que se manifiestan o tienen su origen en una disfunción individual o relacional (eyaculación precoz, impotencia, frigidez, vaginismo, etc.)

Dado que después de la charla participativa existirá una evaluación en equipo de Planificación Familiar (ginecólogo, monitora, miembro de equipo de Salud Mental) de la dinámica y problemática surgida en el grupo, el acto de derivación concierne a todo el equipo; sin embargo, puesto que la ginecóloga mantendrá de una forma más continua el contacto con el o los clientes, será ella fundamentalmente quien asumirá esta responsabilidad ante ellos.

En función de la situación las modalidades de derivación pueden ser variadas: presentación del problema por parte de la ginecóloga el equipo de Salud Mental, o entrevista conjunta ginecóloga - paciente - Salud Mental.