Psychologist Papers is a scientific-professional journal, whose purpose is to publish reviews, meta-analyzes, solutions, discoveries, guides, experiences and useful methods to address problems and issues arising in professional practice in any area of the Psychology. It is also provided as a forum for contrasting opinions and encouraging debate on controversial approaches or issues.
Papeles del Psicólogo, 1991. Vol. (51).
MANUEL FILGUEIRA LOIS.
Vocal de Psicología Educativa. Colegio Oficial de Psicólogos
En este número dedicado a la Psicología Educativa vamos a ofrecer, en nuestra habitual sección «A Fondo», una serie de nuestra profesión. Además, incluimos una parte diferenciada que trata de la polémica titulación de Psicopedagogía, donde se aportan opiniones y reflexiones desde diversos puntos de vista.
La intención de crear un segundo ciclo de «Psicopedagogía» al que podrían acceder maestros, graduados sociales y licenciados en distintas especialidades, ha provocado importantes movilizaciones. Es posible que en el debate se hayan producido escritos, no siempre bien entendidos o redactados que, ocasionalmente, pudieran haber generado situaciones confusas (el mismo riesgo corremos ahora), no obstante y a modo de presentación de este dossier que a continuación publicamos, intentaremos hacer un breve comentario sobre el tema, a lo que nos mueve un mero afán clarificador. Pretendo centrarme fundamentalmente en un punto de vista profesional, sin embargo, hay que dejar dicho: a) Esta iniciativa parte de un grupo docente universitario con intereses concretos en ese ámbito. b) Que toda la comunidad de psicólogos y psicólogas (ni un solo voto a favor entre los Decanos de todo el estado), así como los estudiantes se han manifestado y movilizado contra tal situación. c) La representatividad de quienes promueven este proyecto, carece de avales. d) Será a este grupo a los que habrá que pedir responsabilidades ante el intento de destruir una especialidad en la que, inequívocamente, podemos concluir, no creen.
En el ámbito profesional la relación entre la práctica pedagógica y de la Psicología Educativa ha discurrido satisfactoriamente en claras posiciones de complementariedad interdisciplinar. Si bien es cierto que, en algunas ocasiones, las tareas que llevamos a cabo unos y otros profesionales se entrecruzan o revisten características similares, no es porque ambas disciplinas sean idénticas, sino porque la carencia de una adecuada red de servicios públicos nos obligan a hacer a todos de todo. Habrá que recordar cuando, en tiempos más precarios para la enseñanza, los profesores de física y química, por ejemplo, impartían matemáticas, química o ciencias naturales en el Bachillerato o cuando los maestros tenían especialidad (?) única para impartir todo lo que se presentase por delante. La propia dinámica de la Administración educativa se decanta hacia la especialización en las funciones: recuérdese la crónica reivindicación de los sindicatos y otros colectivos (asumida por la Administración) por la adecuada especialización de los docentes, respecto a la asignatura que deberían impartir (idoneidad) frente a la laxitud que implicaba el concepto de «afinidad». Pues bien este mismo contexto, podemos transigir, vista la precariedad estructural de los servicios de Psicología Educativa y Pedagogía (todavía sin reconocimiento como titulados superiores a efectos de categoría administrativa y retribuciones salariales), una situación de afinidad entre unas y otras funciones, pero entendidas como paso previo a la «idoneidad» y especialización progresiva de unos/as y otros/as profesionales.
Hemos escuchado, en algunos casos, argumentos (?) que hablaban de la necesidad de «absorber» a los maestros «excedentes» como consecuencia de la integración del ciclo 12-14 en la enseñanza secundaria, sin entrar en el evidente desprecio que tales afirmaciones suponen para el colectivo de maestros, se nos ocurren, a vuela pluma, algunas consideraciones:
a) Quienes desde prácticas sindicales concretas y desde la Psicología Educativa hemos reivindicado el Cuerpo Único de Enseñantes, reafirmamos nuestra posición en favor de la dignificación del trabajo docente, b) Aún en el contexto del supuesto argumento que comentamos, no sobran maestros/as, como se pretende hacer ver, la incomprensible carencia de cobertura en la enseñanza infantil, la inadecuada ratio profesor/alumno y la progresiva implantación de nuevos Centros privados, lo evidencian. c) En todo caso, parecería más lógica la adopción de medidas que facilitasen el acceso a las correspondientes especialidades de aquellos maestros y maestras que desearan alcanzar la licenciatura.
En suma, y para evitar que esto vaya más allá de una mera introducción, debemos afirmarnos, tanto psicólogos/as como pedagogos/as, en el mantenimiento de las correspondientes especialidades evitando que se generen fisuras en nuestra práctica profesional generadas desde intereses minoritarios de algunos docentes universitarios. Frente a la mixtificación que supondría el triunfo de «Psicopedagogía», afirmamos el carácter multidisciplinar de la intervención educativa.