Psychologist Papers is a scientific-professional journal, whose purpose is to publish reviews, meta-analyzes, solutions, discoveries, guides, experiences and useful methods to address problems and issues arising in professional practice in any area of the Psychology. It is also provided as a forum for contrasting opinions and encouraging debate on controversial approaches or issues.
Papeles del Psicólogo, 1989. Vol. (38).
JUAN MAYOR
Es explicitar lo obvio decir que las drogodependencias constituyen un fenómeno en expansión, y cada vez de más graves consecuencias, especialmente para los jóvenes. Sin embargo, a las dificultades para conocer científicamente su origen y desarrollo, así como para controlar esa expansión y reducir o eliminar esos efectos, hay que añadir la fascinación que la drogodependencia ejerce sobre la sociedad «por su carácter ambiguo, ambivalente e incluso paradójico: cura y mata, proporciona placer y dolor, se utiliza para una falsa evasión de la realidad y luego resultan con frecuencia inútiles los intentos de evasión de la droga, produce la expansión y a la vez el estrechamiento de la conciencia; es síntoma y también causa de graves desajustes personales y sociales, descubre y oculta la realidad y es, en fin, una experiencia límite de la libertad que acaba anulándolas » (1).
Nada tiene, pues, de particular que exista una creciente preocupación en los gobiernos, las instituciones, los profesionales y en la sociedad entera por hacer frente a la más peligrosa de las calamidades públicas en los próximos años, como han calificado a la drogodependencia el 80 % de los sociólogos consultados por un instituto de opinión pública alemán. Esta preocupación se viene concretando en una serie de medidas políticas, legales y administrativas, en diferentes campañas de prevención y de información, en el surgimiento espontáneo de centros públicos y privados para la acogida y tratamiento de los drogodependientes y en una sensibilización general respecto de la gravedad del problema.
La calamidad más peligrosa
A pesar de todo, el éxito en la erradicación de la drogodependencia y en la disminución de sus efectos devastadores está lejos de alcanzarse. En parte, por la actitud todavía vacilante de la sociedad entre un paradigma represivo (hoy ni legitimado ni eficaz) y un paradigma permisivo (basado en una ética de individualismo salvaje incapaz de hacer frente al problema). En parte, por la multideterminación de la drogodependencia, lo que impide o dificulta aislar y controlar la acción de los numerosos factores (genéticos, biológicos, conductuales, cognitivos, ínterpersonales, sociales, culturales, existenciales, amén de las características y efectos diferenciales de las diversas sustancias de abuso) que condicionan la aparición y el desarrollo de la dependencia y cuya secuencialidad o jerarquía no ha podido especificarse adecuadamente. Y sobre todo porque como consecuencia de lo anterior la investigación se ha fragmentado en muy diferentes y dispersos enfoques disciplinaras y paradigmáticos que ofrecen, a primera vista, un panorama calcidoscópico, aparentemente caótico e inabarcable, y la intervención sobre la drogodependencia replica este panorama como no podía ser menos, haciendo prácticamente imposible el control científico de su eficacia, aunque se salve el meritorio esfuerzo y la buena voluntad de los profesionales y paraprofesionales implicados en esta ingente y poco reforzante tarea.
Existe un cierto pesimismo en este campo que se pone de relieve en el reconocimiento de que vivimos en una «sociedad adicta» (2) o cuando se llega a la resignada conclusión de que «el único enfoque realista del problema de la adicción es desarrollar formas, no de eliminarías o reducirlas drásticamente, sino de vivir con ellas, asegurándose de que los adictos no se perjudiquen a sí mismos y a otros» (3). Pero son mucho los que no han arrojado la toalla, los que aspiran «a realizar la máxima de Virgilio cuando dice que pueden los que creen que pueden » (4), los que. trabajan denodadamente por sentar las bases para llevar a cabo, con la suficiente generalidad y eficacia, programas de intervención que vayan dirigidos tanto a prevenir, como a tratar, como a reinsertar socialmente a los drogodependientes.
Los investigadores y profesionales más comprometidos en la lucha contra la drogodependencia coinciden en señalar, como condición del éxito en esta empresa, la necesidad de aunar esfuerzos en tres niveles- en el nivel político y social, creando las bases para una mayor integración social, una mejor información sobre la drogodependencia y un más eficaz control de la oferta; en el nivel científico, controlando las investigaciones con mayor rigor y coordinando las aportaciones de los diferentes enfoques y disciplinas, y en el nivel profesional, estableciendo programas que permitan la utilización de técnicas contrastadas y organizando la intervención para adaptarla a las condiciones de los sujetos y a las fases del proceso de la drogodependencia.
Todo ello se traduce en una triple exigencia: en primer lugar, desarrollar un modelo biopsicosocial que integre las diferentes perspectivas disciplinaras y paradigmáticas (5); en segundo lugar, elaborar programas de intervención que abarquen desde la prevención a la reinserción, pasando por el tratamiento en situaciones de crisis, que articulen las diferentes técnicas y procedimientos y que permitan el control del proceso y de la eficacia (6), y en tercer lugar, emprender una acción sistemática en un marco sistémico que abarque desde medidas de política general y de acción social hasta medidas dirigidas a eliminar o reducir el narcotráfico (7).
Nada de esto puede llevarse a cabo sin una seria formación de investigadores y profesionales en el ámbito de la drogodependencia. Sin embargo, hasta ahora no ha existido, entre nosotros, una verdadera especialización en este campo, siendo sustituidos los verdaderos y específicos profesionales por otros profesionales -médicos, psicólogos, diplomados en enfermería, trabajadores sociales, etc.- que se han dedicado a la drogodependencia de forma aleatoria o circunstanciada, pero no como resultado de una preparación profesional planeada, seria y sistemática; los cursos -generalmente cursillos- o jornadas que diversas asociaciones, colegios profesionales e instituciones públicas y privadas han organizado en ocasiones, son notoriamente insuficientes para remediar esta necesidad de formación profesional. Para llenar este vacío ha surgido el Instituto Complutense de Drogodependencias, promovido por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y adscrito a la Universidad Complutense.
La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (F.A.D.) es una institución privada de carácter benéfico asistencial, creada con el fin de mejorar las condiciones de la vida humana y de erradicar la drogodependencia, y que aplica sus esfuerzos en las direcciones de información, formación y participación social. Para ello ha creado un Instituto de Documentación e Información sobre Drogodependencias (I.N.D.1.D.), el Instituto Complutense de Drogodependencias (I.C.D.) y ha organizado una amplia campaña de prevención en colaboración con medios de comunicación, agencias de publicidad, empresas de investigación y diferentes profesionales.
Master en drogodependencias
El Instituto Complutense de Drogodependencias está adscrito a la Universidad Complutense, en cuyo seno ha organizado este curso (1988-1989) y seguirá haciéndolo en lo sucesivo, un programa «Master en drogodependencias», orientado a la formación de profesionales que sean capaces de hacer frente a la compleja problemática de la drogodependencia. prevención, acogida, desintoxicación, evitación de la recaída, rehabilitación y reinserción social y laboral, organización y planificación de recursos, asistencia a la familia y la comunidad, etc. Se trata de un programa de seiscientas horas teóricas y prácticas que se lleva a cabo en dos cursos, cuya superación de derecho a un título propio de la Universidad Complutense denominado, como el programa, «Master en drogodependencias» y cuyo currículum se especifica en el recuadro que acompaña a este artículo. Paralelamente se ha organizado un curso de doscientas ochenta horas con un contenido muy semejante al primer curso de Master y cuya aprobación da derecho a un título propio de la Universidad Complutense denominado «Experto en drogodependencias». El I.C.D. tiene el proyecto de organizar próximamente un programa de doctorado y diversos programas de formación continuada en colaboración con colegios profesionales, comunidades autónomas, ayuntamientos y otras instituciones públicas y privadas, así como elaborar un plan sistemático de investigación en este campo.
Para los psicólogos estos programas de Master y Experto en drogodependencias tiene especial interés por tres motivos: en primer lugar, por la oportunidad de adquirir una formación teórica y práctica específica que no se ofrece en los diferentes currícula de las diferentes universidades; en segundo lugar, por las posibilidades de recibir una formación interdisciplinar y multiparadigmática y de interactuar con otros profesionales, y en tercer lugar, porque puede comprobar el papel central que juega la conducta humana en el modelo biopsicosocial que se está imponiendo actualmente (5 y 6).
La perspectiva psicológica atraviesa todos los niveles, todas las fases y complementa e interactúa con todas las técnicas y estrategias de intervención en drogodependencias, lo que puede verse, por ejemplo, en las fases de iniciación, de transición y mantenimiento, de cambio y de mantenimiento del cambio exitoso (6, 8, 9 y 10), en los enfoques conductual (11 y 12) y psicosocial (13 y 14), en las más diferentes teorías, modelos y procesos (15, 16 y 17) y en todos los ámbitos de la investigación y de la intervención. A pesar de la multidisciplinariedad y del multiparadigmatismo, ampliamente compartidos, parece emerger de forma poderosa una orientación que se sitúa en el punto de encuentro de los enfoques conductual, cognitivo y psicosocial, con cada vez más frecuentes referencias a un marco general de carácter sistémico. Las teorías y las técnicas que en este campo están desarrollándose pueden ser contrastadas empíricamente con aparato metodológico cada vez más preciso y ajustado a las dificultades de la tarea. Todo ello avala, con las naturales reservas propias del caso, una razonable esperanza en que la Investigación y el esfuerzo profesional de los psicólogos contribuirán en los próximos años a centrar y a reducir el problema de la drogodependencia. Empeños como el del Instituto Complutense de Drogodependencias, orientados científica y profesionalmente, están precisamente en esta línea, lejos del pesimismo generalizado o de la mera buena voluntad, insuficiente a todas luces.
(1) Mayor, Juan: La fascinación de la serpiente. «El País» 4 de octubre de 1988.
(2) Fort. J.: La sociedad adicta. Barcelona. Luis, 1984
(3) Goode, E.: Drugs in American Society. New York, Knoff, 1972.
(4) Serra, Eduards. Lección inaugural del Programa Master en drogodependencias. Madrid, 1988.
(5) Milkman, H.B., y Shaffer, H.J.: The addictions. Multidisciplinary perspectives and treatment Lexington, Health and Co., 1985.
(6) Marlatt, G.A., et al.: Addictive behavior: etiology and treatment. Annual Review of Psuchology, 1988, 19, 233-52.
(7) Beniger, J.R.: Trafficking in drug users professional exchange networks in the control of deviance. Cambridge Cambridge University Press, 1983
(8) Miller, W.R., y Heather, N.: Treating addictive behaviors. Processes of change. New York, Plenum, 1986.
(9) Marlan, G.A., y Gordon, J.R.: Relapse prevention: Maintenace strategies in the treatment of addictive behaviors. New York, Guilford, 1985.
(10) Levion, P.K.: Substance abuse, habitual behavior and self control. Boulder, Westriew Press, 1984.
(11) Gldberg, G.R., y Stolerman, I.P.: Behavioral analysis of drug dependence. Orlando, Academic Press, 1986.
(12) Grabowski, J.: Stitzer, M., y Honningfield J.: Behavioral. Intervention in Drug Abuse. Washington, Overnment Printing Office, 1983.
(13) Mercier, C.: L'approach psychosocial dans le traitment de la toxicomanie. Montreal, A.I.T.Q., 1983.
(14) Peirone, L. Psicología sociale della droga. Milano, Giufre Ed. 1987.
(15) Lettieri, D.J. et al.: Theories on Drug Abuse. Washington. National Institute of Drug Abuse, 1980.
(16) Dhaffer, H., y Burglass, M.E.: Classic contributions in the addictions, New York, Brunner/Mazel, 1981.
(17) Shiffman, S., y Willis, Th. A.: Coping and substance abuse. Orlando, Academy Press, 1985.