Psychologist Papers is a scientific-professional journal, whose purpose is to publish reviews, meta-analyzes, solutions, discoveries, guides, experiences and useful methods to address problems and issues arising in professional practice in any area of the Psychology. It is also provided as a forum for contrasting opinions and encouraging debate on controversial approaches or issues.
Papeles del Psicólogo, 1986. Vol. (26).
DELEGACIÓN DE MADRID DEL COLEGIO DE PSICÓLOGOS
La Junta Rectora de la Delegación de Madrid del Colegio Oficial de Psicólogos, una vez analizado el Informe de la Comisión Ministerial para la Reforma Psiquiátrica, quiere dar a conocer públicamente algunas consideraciones y valoraciones sobre este documento:
1. En primer lugar, tenemos que referirnos al contexto en el que se produce la elaboración de este Informe para imbricar las propuestas de reforma psiquiátrica en la reforma más general de la Sanidad española.
Con el triunfo del PSOE en octubre de 1982 se abre la esperanza, contemplada en su programa electoral, de un verdadero cambio en la Sanidad española, enmarcado en un proceso global de transformación de la sociedad.
Los primeros borradores de la Ley General de Sanidad que planteaban un nuevo modelo de atención a la salud y desarrollaban en profundidad el art. 43 de la Constitución Española sobre el derecho de todos los ciudadanos a la protección de su salud, fueron progresivamente devaluándose "gracias" al selecto oído del Gobierno hacia las fuerzas más reaccionarias y corporativas de las profesiones sanitarias (Organización Médica Colegial, por ejemplo) y a la política de oídos sordos hacia aquellas fuerzas sociales, ciudadanas y profesionales comprometidas con el cambio prometido por ese mismo gobierno.
De plantearse una única fuente de financiación en los Presupuestos Generales del Estado, se pasa a una financiación múltiple a base de cotizaciones sociales, tasas y aportaciones del Estado y otras Administraciones renunciándose, pues, a la universalidad y gratuidad en las prestaciones sanitarias. De la integración de servicios en el Servicio Nacional de Salud, se pasa a una difusa coordinación de redes sanitarias (Sistema Nacional de Salud). De la subsidiariedad de la medicina privada respecto al Servicio Nacional de Salud, a la complementariedad. De la descentralización, a la lentitud y desigualdad en los procesos y los techos de las transferencias sanitarias a las Administraciones Autonómicas. De la urgencia de puesta en marcha de la Ley, a la atemporalidad en su desarrollo...
En resumen, la Ley General de Sanidad ya aprobada en el Parlamento y publicada en el BOE con fecha 29.4.1986 es insuficiente, ambigua y con lagunas importantes. Ese es el caso del Capítulo VI sobre la Salud Mental cuyo mérito más sobresaliente lo encontramos en el mero hecho de existir, con lo que muestra la intención de integrar la salud mental en la red sanitaria, rompiendo, de esa manera, una marginación secular. Por lo demás, su inconcreción es tal que necesitará un desarrollo posterior.
2. En base a las consideraciones anteriores, hemos de lamentar la falta de voluntad política del actual Gobierno en propiciar el cambio en lo que al sistema sanitario se refiere (la Ley General de Sanidad es una de las últimas leyes aprobadas en esta legislatura después de 4 años) y, más concretamente, en la reforma de la Asistencia Psiquiátrica, como lo muestra el hecho de que desde la creación de la Comisión Ministerial para la Reforma Psiquiátrica (27.6. 83) hasta la sesión constituyente (14. 12. 1984) haya pasado un año y casi cinco meses.
3. En cuanto al Informe, valoramos con reservas el procedimiento seguido por el Ministerio de Sanidad en la composición de esta Comisión. No queda clara si la participación de las personas relevantes ha sido designadas a título personal o institucional en aquellos casos de personas que ostentan alguna representación. El hecho de figurar alguna de estas personas con la apostilla de su cargo institucional, y constándonos que la designación ha sido a nivel particular, nos sugiere pensar en algún interés ministerial en mantener esa ambigüedad.
En cuanto a la distribución profesional de los componentes elegidos de la Comisión, es de resaltar la práctica totalidad de médicos psiquiatras, a excepción de una psicóloga, lo que nos indica la gran dificultad de inclusión de otros profesionales (psicólogos, A.T.S., asistentes sociales, etc.) en la planificación y dirección de los distintos niveles de la Asistencia Psiquiátrica y la salud mental.
El equipo interdisciplinario reclamado desde todos los sectores como elemento imprescindible para el trabajo en salud mental, pensamos, no debe ser olvidado en aquellos ámbitos de planificación y organización que puedan ser creados desde la Administración,
Por otra parte, "esta tradición anglosajona de Comisiones independientes de expertos", en palabras del ministro D. Ernest Lluch, no debería ser incompatible con el diálogo abierto y fructífero del Ministerio que él dirige y Asociaciones Científicas y Profesionales interesadas en las prometidas reformas sanitarias a fin de, al menos, ser escuchados sus puntos de vista profesionales.
4. En términos generales el Documento tiene el indudable mérito de globalizar el estado de la atención psiquiátrica y de salud mental, inscribiendo el modelo general de atención a la salud mental en el marco de los planteamientos de la Ley General de Sanidad. Apoyamos sin reservas los principios generales sobre los que se asienta la Ley General de Sanidad (con las puntualizaciones hechas anteriormente) y, por ende, la integración de la atención psiquiátrica y la salud mental en la red pública sanitaria, resaltando los siguientes aspectos fundamentales en el modelo de asistencia psiquiátrica y a la salud mental que la Comisión propone:
- Concepto integral de salud.
- Énfasis en la atención primaria en salud con la delimitación de un ámbito territorial definido y con el fomento de la participación comunitaria.
- Integración de la salud mental en la asistencia sanitaria general, tendiendo a la gratuidad total para todos los españoles en el plazo más breve posible.
Igualmente es de valorar en el Documento el que sirva de guía común para todas las Administraciones todavía con competencias en salud mental (Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades Autónomas, Insalud) de manera que puedan darse pasos coherentes en base a un mismo modelo de atención.
5. En cuanto al modelo de Servicios de Salud Mental y Atención Psiquiátrica planteado por esta Comisión, tenemos que decir que supone un importante avance respecto a las prácticas ancestrales de atención psiquiátrica que todavía subsisten en nuestro país. Este avance lo situamos en:
- Integración de la salud mental como una parte inseparable de la atención integral a la salud, rompiendo con la marginación secular mantenida hasta nuestros días.
- Superación del hospital psiquiátrico como alternativa terapéutica, enfatizando la atención en la comunidad siempre que sea posible y en unidades de hospitalización psiquiátrica ubicadas en hospitales generales si es preciso un ingreso breve en casos agudos.
- Inclusión en los equipos de atención psiquiátrica y de salud mental de otras profesiones, se cita como ejemplo a los psicólogos.
- Necesidad de adaptación del conjunto de recursos humanos al nuevo modelo de actuación en salud mental, modificando planes de formación pre y post-graduada, y creando algunos nuevos como la formación para los profesionales de la Psicología en el área clínica y de salud mental.
6. Con todo, y partiendo de las consideraciones anteriormente expuestas, querernos remarcar importantes cuestiones que desde nuestro punto de vista quedan reflejadas de manera ambigua, son omitidas o simplemente responden al viejo modelo psiquiátrico que se pretende superar.
A) A lo largo de todo el Documento se utiliza con poco rigor los términos psiquiatría, psicología (y sus adjetivos) y salud mental, provocando no poca confusión. ¿Cuando se habla de Psiquiatría, se refiere a una especialidad médica y a una práctica profesional ejercida por dichos titulados? o por el contrario ¿se refiere a un campo de actuación, caracterizado sobre todo por la denominada psicopatología, donde intervienen distintos profesionales desde profesiones diferentes (psiquiatras, psicólogos, A.T.S., asistentes sociales, etc.)? Pensamos que lo que se desprende de las distintas formulaciones del Documento apunta a una respuesta que responde a la segunda pregunta afirmativamente, pero cuyo protagonismo fundamental recae en los psiquiatras desdibujándose el resto de las profesiones. Así, cuando se refiere a aquellos niveles y aspectos en los que se puede encontrar la llamada patología "blanda", se habla de salud mental y entonces se destacan factores psicológicos en el proceso de salud-enfermedad, problemas psíquicos, componentes emocionales, etc., de los que, en parte, se puede ocupar el equipo de atención primaria (médico general, pediatra, A.T.S. y asistente social). Por otro. lado, cuando definen los dispositivos de ingresos de agudos, los nombran como unidades psiquiátricas del hospital general; suponemos que será porque ahí se dará la llamada patología "dura" y eso ha sido considerado tradicionalmente como cargo exclusivo de los psiquiatras.
De esa manera, los psicólogos que parecen formar parte del equipo de salud mental en el nivel especializado quedamos algo relegados ante la ecuación psiquiátrico-psiquiatra, ecuación no aplicada a psicológico-psicólogo. No reivindicamos dicha ecuación, sino más bien la modificación de la primera que quedaría salud/enfermedad mental-psiquiatra, psicólogo, A.T.S, asistente social, etc.
B) Es una discusión abierta, sobre la que el Colegio Oficial de Psicólogos no se ha pronunciado todavía en términos concretos, la conveniencia y pertinencia de la inclusión del psicólogo en el equipo de atención primaria; por lo tanto, la toma de posición del Documento sobre la no inclusión de personal especializado en salud mental en los equipos básicos de salud (y suponemos que incluye a los psicólogos como personal especializado) es, cuando menos, opinable. En cualquier caso, consideramos prioritario dentro de las funciones del equipo de salud mental en el ámbito comunitario el desarrollo y profundización de aquellas funciones enunciadas en la página 26:
- "Apoyar, asesorar y supervisar al equipo básico de salud y a los equipos especializados.
- Participar en las actividades de formación de los equipos básicos de salud y especializados.
- Desarrollar actividades y programas de investigación orientados hacia tareas de promoción de la salud mental, preventivas y epidemiológicas.
- Apoyar, asesorar y cooperar con otras instancias asistenciales sociales y educativas del área territorial en programas específicos, potenciando el trabajo interdisciplinario".
Es decir, consideramos imprescindible la potenciación del trabajo de coordinación, apoyo y formación con la atención primaria sanitaria y otras instituciones comunitarias en la línea de incluir efectivamente los aspectos psicológicos y sociales del proceso salud-enfermedad en los distintos niveles de atención a la salud (prevención, promoción, asistencia y rehabilitación).
La aportación de la Psicología como disciplina y del psicólogo como profesional a esta concepción de salud se encuentra ya suficientemente contrastada, tanto a nivel nacional como internacional.
C) Es un tema absolutamente crucial para la profesión del psicólogo la reglamentación de la formación post-graduada, por lo que valoramos positivamente que se contemple dicha necesidad en el Documento, siendo necesario definir su duración, marcos institucionales, contenidos, etc. El mínimo de dos años recogido en el Documento no ha de ser sino una referencia para desarrollar el tema de la formación post-graduada.
D) Otro aspecto controvertido y, creemos, escasamente trabajado en el Documento es el de la unidad psiquiátrica del hospital general, Parece desprenderse del Informe que en el nivel hospitalario el equipo especializado en salud mental se ubicaría en estas unidades psiquiátricas, siendo algunas de sus funciones:
- La psiquiatría de enlace del hospital.
- Docentes e investigación.
Al mismo tiempo se define como un principio general el que "los hospitales generales de la red pública han de ir contemplando la atención psicológica y psiquiátrica como un elemento más de sus prestaciones".
¿Quiere esto decir que los psicólogos actualmente trabajadores en otros Servicios Hospitalarios (Hemofilia, Cardiología, Aparato Digestivo, etc.) han de incluirse en estas Unidades Psiquiátricas? ¿En qué condiciones? ¿Con qué programas y actividades? ¿Sería posible que en un mismo hospital general se diese la presencia del psicólogo de una manera compatible como integrante de un servicio especializado y como miembro de la unidad psiquiátrica? o ¿Tendríamos que ir hacia un Servicio de Psicología que aglutinase a los psicólogos de un hospital coordinadamente con las unidades psiquiátricas?
Pensamos que la atención de la salud mental en el nivel hospitalario va más allá de la hospitalización psiquiátrica y que aquella ha de ser garantizada plenamente.
Somos conscientes de la controversia sobre los distintos modelos organizativos que permitan la inclusión del psicólogo en el ámbito hospitalario y de la necesidad de continuar el debate entre los profesionales sobre este punto a fin de poder esta Delegación adoptar una postura sobre el respecto.
Todo ello en el convencimiento de la incuestionable presencia del psicólogo, junto a otros profesionales, en el equipo que ha de ocuparse de la salud mental en el nivel hospitalario.
7. Queremos resaltar que, de nuevo, en este campo de la salud mental se produce la habitual paradoja de que el Gobierno que ha creado esta Comisión Ministerial, niega en lo fundamental sus recomendaciones y propuesta. La más importante, para nosotros, es la señalada en el punto 28 del apartado X que dice así:
"Los principios generales y recomendaciones para la atención psiquiátrica y de la salud mental, propuestos por esta Comisión, han de quedar recogidos de modo expreso en la nueva Ley de Sanidad en trámite parlamentario. El desarrollo de dicha Ley ha de impulsar la puesta en marcha del modelo de salud mental propuesto".
La práctica nos ha confirmado el absoluto caso omiso de dicho postulado. De esa manera, nos estamos refiriendo a un documento que, a pesar de haber sido prologado por el Sr. Ernest Lluch, no tiene ningún valor legal, sino más bien orientativo sin saber a ciencia cierta el grado de respaldo político que tiene este Informe desde los organismos oficiales.
8. En lo que a las recomendaciones y propuestas hechas por la Comisión Ministerial al Ministro de Sanidad y Consumo, destacamos y reforzamos la urgencia de las siguientes:
8.1. Adopción de medidas necesarias para evitar la duplicidad de servicios y el desarrollo de redes paralelas.
8.2. Puesta en marcha de un plan de actuación coordinado que promueva la integración y el mejor aprovechamiento de todos los recursos de asistencia psiquiátrica y salud mental, con participación de las distintas Administraciones Públicas.
La integración de recursos debe contemplar los siguientes aspectos:
(Ver págs. 50-51 del Documento)
- "Desarrollo...
- ...hospitales generales".
Pensamos que el punto que se refiere a la contratación de psicólogos y que dice así: "Amortización de parte de los recursos presupuestarios de las vacantes (se refiere a neuropsiquiatras desdoblados y jerarquizados), para la contratación de otros profesionales necesarios en el equipo especializado de salud mental -por ejemplo, los psicólogos- en base al estudio de necesidades en recursos humanos en cada área de Salud", debería ser más explícito recogiendo:
- La contratación de psicólogos para los equipos especializados de salud mental, tanto a nivel comunitario como hospitalario, sin estar supeditada dicha contratación a la amortización de parte de los recursos presupuestarios de las vacantes.
- La contratación de psicólogos ha de hacerse, efectivamente, en base al estudio de necesidades en recursos humanos de cada área de salud, pero en esa misma medida hay que reubicar el resto de los profesionales ya existentes (psiquiatras, A.T.S.) u otros de progresiva incorporación. Sería conveniente que los propios psicólogos participen en ese estudio de necesidades.
8.3. "Revisión de los planes y programas de formación pre y post-graduada, de forma que incluyan aquellos aspectos teóricos que sustentan el nuevo modelo expuesto.
8.4. Creación de los programas de formación post-graduada para los profesionales de la Psicología en el área de la salud mental con la correspondiente acreditación.
8.5. Subvención por parte de las Administraciones Públicas de cursos y seminarios de actualización de conocimientos y formación continuada".
9. Tanto los aspectos planteados como debatibles en este posicionamiento de la Delegación de Madrid del Colegio Oficial de Psicólogos, como aquellos que recoge el Informe y no han sido nombrados, pero que exigen su pormenorizado estudio (salud mental infantil, salud mental en la vejez, drogodependencias, etc.) serán objeto de trabajo de esta Delegación a través de grupos de trabajo, conferencias, jornadas, etc., en el que se tratará de que participe el mayor número posible de psicólogos interesados en el tema.
10. Esta Junta Rectora reafirma públicamente su decidida voluntad de trabajar en pro de la mejora de la salud de la población y, por lo tanto, de las instituciones públicas que se ocupan de ella, por lo que se ofrece a colaborar en lo que esté a su alcance con todas las Administraciones Públicas con competencias en el campo de la salud.