Papeles del Psicólogo, 1983. Vol. (9).

La Junta de Gobierno

No parece lo más adecuado en estos momentos ofrecerse al gobierno socialista como grupo de presión representante de una tecnocracia rediviva como lo ha hecho la asociación privada denominada Unión Profesional.

La historia más reciente de nuestro país y las pugnas de ciertos profesionales con el Gobierno, no facilitan, precisamente, el dialogo constructivo en torno al papel que los "profesionales" deben jugar en una España democrática y moderna. Nos recuerda más al gremialismo feudal y trasnochado o al intento de control de determinados sectores públicos por profesiones hegemónicas en nuestra sociedad cuando se intentan llevar a cabo reformas importantes que atañen a aquella en su conjunto, tales como la de la sanidad o la del sistema escolar o la del Código Civil, por citar sólo algunos ejemplos claros y determinantes.

No es tiempo de estar haciendo guerras corporativas en defensa de privilegios y situaciones adquiridas en años que nada tienen que ver con nuestra democracia.

Por otra parte, el desarrollo de las distintas profesiones, su implantación, así como sus posibilidades laborales, son distintas; malamente podrán entenderse un médico, o un notario o un registrador de la propiedad con un sociólogo, un delineante o un psicólogo, sin ir más lejos.

Los profesiones no pueden erigirse en defensores de intereses sociales, si aquéllos no están sometidos al rigor de la Ley, a los poderes públicos o al contraste científico con otros profesionales; o con las organizaciones sociales y políticas donde los ciudadanos vierten y canalizan sus necesidades y donde sus intereses están representados democráticamente.

Nosotros no renunciamos a las posibilidades que para la defensa de nuestros intereses nos brinda un Colegio Profesional, como entidad de derecho público, a pesar de que la ley que regula los Colegios Profesionales sea una Ley aprobada durante la dictadura, por aquella "representación" orgánica de las Cortes franquistas.

¿Volver a algo así es lo que pretende la Unión Profesional?

Es necesario discutir y reflexionar sobre cuál ha de ser el futuro de los Colegios profesionales y cuál su idoneidad como parte de todo el tejido civil articulado en una sociedad democrática. Pero sin preavisos, sin hegemonías y sobre todo, sin pretender hacer creer que los intereses de ciertos grupos de elite son los mismos del resto de los profesionales.

Y decimos esto con la convicción de que no creemos que la técnica sea aséptica, como no creemos en una ciencia sin ideología.

Y desde esta incredulidad es desde donde levantamos nuestra voz para denunciar intentos de profesiones "salvadoras" de las sociedades, porque ello nos huele a darwinismo social, y esto, para los psicólogos, es intolerable como profesionales, como científicos, como trabajadores y como ciudadanos.